Huyes de esta vida, para volver siendo otra.
Loca de atar, renaces.
¡Dichosa demencia, sanadora de toda apatía!
Bailas por fin feliz, abrazada a compasivos fantasmas.
Tu espíritu arde generoso de amor y sin embargo yermo se apaga.
Inmovilizan tus brazos, entre tanto, tu alma huye fugitiva de tu cuerpo retenido.
Cuerpo fatigado, a veces liviano, otras pesado como piedra.
Arrastras por el salón de baile, tus pies plomizos.
Días de ayuno, noches fastuosas repletas de manjares.
Menguar, hincharse de nuevo, reducirse en extremo.
De tan mínima desapareciste y vista nunca más fuiste.
Ensimismada en el cadencioso ritmo, ya no oyes a nadie.
Ríes, sollozas sin consuelo y de vuelta te desgarras a carcajadas.
Abandonada por la cordura, más libre que nunca te descubres.
Te dicen bipolar y tú te sientes una.
MONICA LAVANDERA
EL ÚLTIMO SUSPIRO
Lavandera reflexiona sobre los ritmos de la moda y presenta un trabajo de lo más visceral.
El último suspiro es el último esfuerzo. La lucha por mantenerse vivo.
La moda agota, pero no mata, siempre quedan cosas por hacer y siempre se plantean nuevas metas. Eso es lo que nos hace seguir, ese es el último suspiro antes de enfrentarse a nuevos retos.
Se presenta una colección contrastada, donde podemos encontrarnos con las formas arquitectónicas más representativas de la firma y una nueva línea de formas livianas, tenues, que hacen referencia al cansancio de la rutina, del día a día.
Fiel a su estética, Lavandera vuelve con el negro, negro puro salpicado con tonos grises y azules. La esperanza, la luz al final del túnel.
Podemos disfrutar de formas con mucha geometría, que nos trasladan a los pilares de la firma. Pero también nos encontramos con un nuevo trabajo fresco, diferente.
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